Ver resumé del artista

Lidia León Cabral

Nació en Santo Domingo, República Dominicana en 1962. Desde temprana edad le cautivan las formas, los colores, el sonido y el movimiento, las sombras, las luces… Durante su adolescencia se enfoca en la fotografía. Recibió capacitación en el revelado a blanco y negro en Massachusetts y a color en el Rochester Institute of Technology, en el estado de Nueva York.

En 1987 obtuvo su título de arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña [UNPHU] en Santo Domingo. Durante los siguientes 10 años, trabajó en el diseño y la construcción de una variedad de proyectos. Combinado con su propósito más exigente y gratificante, ser madre de Lidia y Luis Viyella León. Desde 1996 Lidia se ha involucrado en diferentes empresas de la familia: Editorial Padilla, Fundación Eduardo León Jimenes.

En la actualidad es miembro del Consejo de Directores de Henla y Consejo Familiar.

La creatividad y la expresión artística han sido una constante en la vida de Lidia. En 2004 presentó Reflejos del Alma, un CD con poemas de su autoría, musicalizados por Héctor Martínez Cabruja e interpretados por el tenor dominicano Francisco Casanova. En 2007, Lidia presentó un segundo CD, Amor Encendido. En esta ocasión, el productor musical Jochy Sánchez, seleccionó una diversidad de géneros: bachata, salsa, balada. Creó una fusión de ritmos interpretados por varios artistas dominicanos.

En 2013 Lidia se compromete con su expresión creativa y participa como LiLeón en la 27 Bienal Nacional de Artes Visuales en Santo Domingo con la instalación Arte De Nacer | ADN, que recibió el premio otorgado por el público. Ese mismo año, su composición de 12 autorretratos: Entre miradas… Yo, recibió una mención honorífica en la Bienal de Dibujo de
Santo Domingo.

LiLeón comparte Jaula Brillante una instalación interactiva, en la 28a Bienal Nacional de Artes Visuales en Santo Domingo, recibiendo por segunda vez, el premio por parte del público. Además de participar en otras exposiciones en República Dominicana, LiLeón presenta en
2014, por segunda vez Latitudes y Longitudes, en esta ocasión en Wynwood WareHouse Project, Miami, Florida.

En el 2015 colabora con el nuevo Centro Cardiovascular CEDIMAT, presentando Árbol Corazón, una instalación con carácter permanente. En el 2016 inicia proyecto de Arte Efímero en el Centro Cultural Perelló, donde nace la serie Wabi Sabi, en la que continua trabajando. La necesidad de expandir sus horizontes y compartir su trabajo con otras culturas, lleva a Lidia a pasar buena parte del año en Canadá, donde tuvo oportunidad de participar de dos exposiciones colectivas en Montreal.

“Descubrir la interconexión entre ciencia, naturaleza y espiritualidad, desvelando el enlace entre lo intangible y lo visible”.

Actualmente el trabajo de LiLeón está muy influenciado por Wabi Sabi, el arte de encontrar autenticidad, sobre todo. Observando de cerca los ciclos naturales de la vida, con ingenuidad, asombro y gratitud.mirada.

Proceso de trabajo

Mi fuente de inspiración generalmente fluye de forma natural y espontánea a partir de un diálogo entre mi ser interno y lo que me rodea. Regularmente parte de una dimensión más visceral que intelectual. Es una fuerza que nace del vientre, de las entrañas con necesidad de encontrar el canal más apropiado de expresión. Me apoyo en los períodos de meditación, que contribuyen a despejar los pensamientos, abrir los canales de percepción de todos los sentidos. Agudizando ese estado de alerta, que permite entretejer el momento presente con realidades universales, como son el nacimiento, la muerte, evolución , transformación… revelando el enlace que existe entre lo intangible y lo visible, lo personal y lo colectivo. En mi caso, el arte es el vehículo que mejor expresa la interconexión entre ciencia, naturaleza y espiritualidad.

Estos espacios de silencio en ocasiones entran en conflicto con el impulso obsesivo de trabajar sin descanso hasta concluir lo concebido. En esos momentos me ayuda conversar con personas de confianza, escribir, dibujar, tomar fotos, bailar, caminar, reírme de mi misma…Tenerme paciencia, soltar y confiar el proceso tiene su tiempo. Me dejo guiar, regresando a ese estado, en que el trabajo es meditación. Disfruto como una niña todas las etapas, en especial el diálogo con los demás cuando finalmente presento mi trabajo. Ese espacio de compartir, nutre la necesidad social que tenemos como ser humano.

"Mi trabajo reafirma que soy reflejo de una realidad colectiva mayor que la mía individual. Me revela que estamos interconectados, como gotas de un mismo océano. Me estimula a descubrir lo que está más allá de una simple mirada".